Acerca de tres textos sobre Alcides Martínez Portillo
“Conocí a Alcides brevemente en 1995, en los días en que lanzaba con varios colaboradores su proyecto sobre John Cagge y Conchita López, pero no fue sino hasta el año siguiente que comenzamos a trabar amistad, cuando ambos trabajamos en el Departamento de Artes Plásticas de la Dirección Nacional de Cultura. Su encanto como narrador oral, las coloridas historias de su vida, su amplia cultura y su fascinación por las posibilidades creativas de Internet, que él extendía hasta horizontes filosóficos y místicos, me cautivaron de inmediato. Durante aquellos últimos años del primer milenio estuve sentado muchas horas junto a él frente a la pantalla de su computadora mientras lo miraba trabajar, observando su divertida manipulación de las imágenes y su fluido despliegue de recursos y conocimientos técnicos. Mientras trabajaba, lo oía entretejer los comentarios estéticos que le provocaba el resultado de cada procedimiento con la exposición de sus ideas sobre el mundo virtual de Internet, el relato de sus experiencias como uno de los pioneros en la producción de arte en el ámbito de la tecnología informática y las reflexiones que le producían sus lecturas de Baudelaire, Borges o Beckett (para nombrar solo a algunos de los escritores que inspiraron mucho del espíritu con el que Alcides acometió sus proyectos).(...)” Sergio Altesor
net.art
El último paso en la pérdida del “aura”
“Como lo expresa el término, el net.art o arte de la red tiene que ver con Internet, la gran red de comunicación que está influyendo de forma imprevisible en nuestra cultura. Este nuevo género del arte representa el último paso de un proceso que comenzó a fines del siglo pasado con los impresionistas y cuya dinámica a lo largo del siglo XX ha tenido que ver con el desarrollo de las tecnologías de reproducción de la imagen.
El net.art no es la simple reproducción de obras de arte para ser vistas en Internet, como en el caso de las galerías o de los museos virtuales, sino que se trata de un arte especialmente diseñado para la red. Buena parte del mismo se ha originado en el diseño gráfico porque fueron los diseñadores quienes primero dominaron, manipularon y desarrollaron los programas gráficos para computadoras. Pero rápidamente se ha distanciado de aquél para acercarse a una estética tecnológica dirigida hacia la interacción con el navegante o el usuario.
La nueva dimensión virtual que es Internet se asemeja cada vez más a una especie de microcosmos con códigos y leyes propias. El net.art es el arte de ese microcosmos, centrado en el interfaz como objeto y receptáculo.(...)”
Sergio Altesor - El Pais Cultural - Diciembre 1999
Con Alcides Martínez Portillo
Un pez en el laberinto
“Es sabido que el vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación ha sido el factor de mayor influencia en el arte desde mediados del siglo XX. Una de las últimas manifestaciones de esa influencia es el llamado net.art, un nuevo género audiovisual gestado en los últimos años dentro de Internet, la gran red de comunicación cuya fuerte incidencia en las relaciones humanas resulta aún imprevisible.
Después de un período ya tradicional de incomprensión provinciana, el mundo del arte uruguayo parece al fin receptivo a las expresiones de los nuevos medios. En ese contexto “Brecha” conversó con Alcides Martínez Portillo, uno de los pioneros del net.art en el Río de la Plata. Su nombre ha adquirido actualidad por su proyecto “Solitario 11.213. Estudio de la luz sin los objetos”, una instalación cuyo elemento fundamental es una computadora que juega al solitario conectada a Internet y que acaba de ser seleccionada para el próximo Salón Municipal de la I. M. M. Al mismo tiempo A. M. P. se apresta a lanzar al mercado “Suburbios del Cyberespacio” con el apoyo de la firma Microsoft. Se trata de un inter-rom (CD rom que puede ser conectado a Internet) conteniendo su obra más ambiciosa hasta el momento, “Ambientación_W”, un verdadero laberinto -como el autor también lo llama- en donde música, textos e imágenes animadas crean un recorrido meditativo y aleatorio(...)”
Sergio Altesor - Nota en Brecha - Octubre 1999